Juegos para aprender más sobre el verano
ARTE PLAYERO
Un juego que nunca falla. Podemos recolectar piedritas, caracoles, arena, distintos elementos veraniegos para armar una obra de arte muy peculiar. Podemos dejar volar la imaginación, permitiendo que armen y desarmen cuantas veces quieran. Si son más grandecitos, es probable que quieran poder “enmarcar” su obra para conservarla.
En este caso, podemos utilizar un rectángulo de cartón, y plasticola y silicona para ir pegando las distintas partes. Si tiene arena, se puede pasar por encima una capa de cola vinílica, que al secarse quedará transparente y evitará que se desprenda luego.
JUGANDO CON EL SOL
Una característica del verano es que hay mucho sol (si no nos toca una temporada lluviosa), y es ideal para aprovechar para jugar y aprender con las sombras. A continuación van algunas ideas:
Dibujar las sombras de diferentes objetos sobre un papel. Este juego se puede combinar con el anterior, haciéndolo en varios momentos del día. Luego, podemos dibujar en el interior de este contorno, el objeto mismo, o lo que la imaginación invite.
Jugar con objetos translúcidos de colores, como vasos de acrílicos. Es muy atrapante para niñas y niños observar las luces y colores, además de que pueden combinar colores para formar otros nuevos, superponiendo los objetos. También vienen juguetes ya preparados para desarrollar esta experiencia.
Armar un reloj de sol. Con nuestra ayuda, pueden armar un reloj de sol, muy útil para aquellos que estén aprendiendo las horas del día. También podemos incursionar en otros usos del sol, como el secado de hierbas, el calefón solar, la orientación con los puntos cardinales…
ENSALADA DE FRUTAS
Podemos jugar a cocinar una ensalada de frutas o … ¡mucho mejor! Hacer una ensalada de frutas de verdad. Ya que la temática central es el verano, sería interesante poder conseguir aquellas frutas que trae esta estación, como sandía, ananá, ciruelas, duraznos, melón, pera, uva…
Podemos iniciar el juego con las frutas envueltas en repasadores limpios. Que, por la forma y el tamaño, vayan adivinando qué fruta es la que allí se esconde. Si está muy difícil, podemos incluir el tacto para sumar más pistas. Luego, destapamos y ¡Sorpresa! Encontramos una fruta de verano.
Si conseguimos alguna fruta novedosa para la o el peque, lo ideal es dar un tiempo para que la puedan mirar, tocar, oler… Y luego decirles el nombre de la fruta para hacer la asociación.
Una vez descubiertas todas las frutas, nos ponemos manos a la obra, en primer lugar lavando nuestras manos y también los alimentos. Aunque ya los hayamos lavado previamente, es importante introducir la higiene como parte de la experiencia de cocinar. Luego, iremos pelando, cortando, retirando las semillas.
El niño o niña puede realizar aquellas tareas que sean acordes a su edad. Si es muy pequeño para manipular un cuchillo, podemos incluirlo en otras tareas, como pasar los trozos cortados a una fuente, ir desechando lo que sobra en el recipiente para la compostera, etc.
Si creemos que no le va a gustar alguna fruta, y tenemos miedo de arruinar toda la actividad, podemos ir colocándolas en platitos o bandejas por separado en lugar de hacer una ensalada.
Una vez lista, viene la parte más sabrosa: ir probando los trocitos de fruta, recordando que fruta es cada una. Si se niega a comer las frutas, o algunas de ellas, no pasa nada. Podemos comerlas nosotros, e invitarle a señalar qué fruta estamos degustando. Ya estaremos fomentando el interés por estos alimentos saludables, con sus texturas, colores y sabores diversos.
También podemos hacer una lista de las frutas de estación del verano, con dibujitos y mucho color.
OTRAS IDEAS PARA DESCUBRIR EL VERANO…
Hacer una fogata familiar para celebrar la llegada del solsticio de verano
Armar collares y coronas con flores y hojas
Armar una huerta y sembrar vegetales de verano
Hacer helados naturales de frutas
Preparar un repelente con hierbas
Leer cuentos y leyendas sobre el verano