Encuentra el juguete ideal para desarrollar la motricidad fina.
Hace poco, comentábamos sobre la importancia de la motricidad fina en el desarrollo de niños y niñas y compartíamos ideas para trabajar en este aspecto, en el artículo titulado Estimula la motricidad fina para desarrollar su inteligencia.
Hoy queremos profundizar en los juguetes didácticos ideales para acompañar el proceso en forma divertida y segura. Si bien recomendaremos algunos juguetes de acuerdo a las edades, es importante tener en cuenta que cada bebé, niño o niña es diferente, y que sus fortalezas y los tiempos que tardan en adquirir ciertas habilidades pueden ir variando. Proponemos las edades a modo orientativo, y hacemos hincapié en la importancia de observar cada situación en forma particular, en especial teniendo en cuenta los gustos e intereses de cada uno.
La motricidad fina en los primeros agarres…
Los sonajeros están entre los primeros objetos para la estimulación de bebés, ya que activan diferentes sentidos y son sencillos y seguros. Algunos de éstos, fomentan también la motricidad fina, cuando contienen pequeños objetos encadenados que pueden tocar, mover o girar. Recomendamos el Sonajero de Madera y Cintas al Viento, que estimulan los sentidos en forma natural. También contamos con el Set de Afinación, que contiene cuatro piezas claves a la hora de explorar sonidos y texturas y potenciar la motricidad fina en las distintas etapas de desarrollo.
Otro suave juguete, seguro por su tamaño y materiales son las Donas, que pronto comenzará a apilar, involucrando la motricidad fina, la coordinación ojo-mano y el interés por organizar y clasificar.
Pronos y Buscacaminos
Cuando pensamos en fomentar la motricidad fina, vienen a nuestra mente sin duda los pronos y buscacaminos, que son por excelencia los juguetes para trabajar este aspecto a partir del año. Coloridos, seguros y sencillos. Podrán tomar pequeñas piezas y moverlas de aquí hacia allá, estimulado a sus deditos a hacer movimientos básicos, a la vez que se acompaña el aprendizaje de colores, orden y secuencia. Encontramos el Prono Mediano y Prono Grandote. Tenemos desde un pequeño Buscacaminos S que podemos llevar en una mochila, hasta un gran Buscacaminos XXG para amurar a la pared, pasando por los Buscacaminos M, Buscacaminos G y Buscacaminos XG.
Apilar y desarmar. Encastrar y sacar.
Cuando arman una pila, la desarman, la vuelven a armar, una, y otra, y otra vez… están descubriendo a su modo conceptos tan básicos como la gravedad, leyes de la física, conceptos opuestos, observando cuán predecible es el mundo… Y por supuesto, mejorando increíblemente sus habilidades psicomotoras finas.
Antes mencionamos las Donas. Los cubos también invitan a apilar en los primeros años de vida, en especial si son tan atractivos como Caripelas y Líneas Animales. Podemos ir subiendo la complejidad con juegos de construcción más complejos, como Juegos de Construcción en Maderas -20 piezas y Juegos de Construcción en Maderas -30 piezas.
Hay que prestar atención a los tamaños de las piezas en relación a los hábitos de llevarse todo a la boca. Aunque es algo típico del primer año de vida, hay niños y niñas que siguen mordiendo y chupando lo que esté a su alcance en los años subsiguientes.
Con respecto a encastrar, la Ardilla es una compañera ideal a partir del año, ya que fomenta tanto la motricidad fina como gruesa. Luego de los 18 meses, podemos sumar el Octógono, compuesto de alegres y coloridas figuras para combinar, apilar y encastrar.
Motricidad fina y alimentación saludable
La Huerta consiste en piezas de tela rellenas dentro de en un cajón de madera, que permiten poner y sacar frutas y verduras de panes de tierra. Se pueden esconder y buscar, potenciando al máximo las habilidades psicomotrices, a la vez que se despierta el interés por los vegetales y los ciclos de la naturaleza. Podemos complementarlo con La Verdulería o los sets de Frutas y Verduras A / Frutas y verduras B.
En el artículo Juguetes para seguir potenciando la motricidad fina, encontraremos propuestas que por cuestiones de seguridad van de los dos años en adelante, incluso algunas para niños y niñas más grandes, que ya dibujan y pintan.